En una antigua casa de madera y tejas, marcada con el número uno de la
calle Primera del Este, en el municipio villaclareño de Encrucijada, a unos 400
kilómetros de la capital, vivía desde la segunda década del siglo XX el
matrimonio español formado por Benigno Santamaría y Joaquina Cuadrado.
En ese lugar nació, el 30 de diciembre de 1922, Haydeé, la primogénita de
ambos, y también sus hermanos Aida, Aldo, Ada y Abel;
este último llegó al mundo cinco años después, el 20 de octubre de 1927.
Por sus ansias de superación, y en busca de trabajo y nuevos horizontes, muy joven Abel se trasladó a vivir a La Habana y después se le unió Haydeé, quien era muy apegada a su hermano menor y compartía con él estrechamente sus ideas y aspiraciones.
A mediados del siglo pasado ambos se instalaron en un apartamento de la calle
25 y O, en la zona del Vedado, durante una época en la que imperaba una
gran corrupción en el país, combatida con fuerza por líderes políticos de la
talla de Eduardo Chibás,
el fundador del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo).Por sus ansias de superación, y en busca de trabajo y nuevos horizontes, muy joven Abel se trasladó a vivir a La Habana y después se le unió Haydeé, quien era muy apegada a su hermano menor y compartía con él estrechamente sus ideas y aspiraciones.
A esa prestigiosa organización se incorporaron desde muy jóvenes Fidel Castro y Abel Santamaría, quienes fueron presentados por un amigo común, Jesús Montané Oropesa y desde entonces compartieron estrechamente sus ideales y una amistad que solo fue interrumpida por la muerte.
Con Martha Rojas |
Ellos se reunían en la casa que compartían Abel y Haydeé, quien también fue
ganada para la causa revolucionaria por la oratoria y firme convicción del
joven Fidel. Por ello se dispuso a correr la misma suerte de sus compañeros de
la Generación del Centenario del Apóstol con su
participación en el asalto al cuartel Moncada,
considerado la segunda fortaleza militar del país en aquel momento.
Haydeé Santamaría y la abogada Melba Hernández Rodríguez del Rey, su compañera de luchas, fueron al Moncada con el propósito de auxiliar como enfermeras al médico matancero Mario Muñoz Monroy, destinado a prestar servicios en el hospital Saturnino Lora.
Esto valió para que fueran acusadas de sedición contra los poderes del Estado, condenadas y que guardaron prisión, primero en la Cárcel de Boniato, de Santiago de Cuba y después en el Reclusorio Nacional para Mujeres en Guanajay, hasta el 20 de febrero de 1954, donde Haydeé fue registrada con el expediente 248/953.
Haydeé Santamaría y la abogada Melba Hernández Rodríguez del Rey, su compañera de luchas, fueron al Moncada con el propósito de auxiliar como enfermeras al médico matancero Mario Muñoz Monroy, destinado a prestar servicios en el hospital Saturnino Lora.
Esto valió para que fueran acusadas de sedición contra los poderes del Estado, condenadas y que guardaron prisión, primero en la Cárcel de Boniato, de Santiago de Cuba y después en el Reclusorio Nacional para Mujeres en Guanajay, hasta el 20 de febrero de 1954, donde Haydeé fue registrada con el expediente 248/953.
Cuando fueron excarceladas, el líder del Movimiento
Revolucionario 26 de Julio Fidel Castro, que permanecía
recluido en el Presidio Modelo de
Isla de Pinos, les encargó la responsabilidad de que trabajaran en la
publicación y distribución de los folletos con el alegato conocido como La Historia me
Absolverá, que Fidel pronunció en su autodefensa durante el juicio
que se le seguía, por la causa 37,
del año 1953.
Haydeé Santamaría, aquella muchacha del pueblo de Encrucijada, entró por la puerta ancha en la Historia cuando el 26 de julio de 1953 integró aquel grupo de 135 jóvenes que tomaron el cielo por asalto en el cuartel Moncada, de Santiago de Cuba.
Su amplia participación en diversas tareas revolucionarias la llevaron a guardar prisión, el prolongado exilio donde tuvo grandes responsabilidades dentro del movimiento revolucionario, las riesgosas actividades de la lucha clandestina, su estancia en la Sierra Maestra y después del triunfo, en enero del 59, a emprender su mayor obra: la fundación y dirección de la Casa de las Américas hasta el momento en que ocurrió su deceso, en julio, de 1980.
En la trayectoria vital de Haydée se resume y refleja la grandeza de una verdadera heroína de la Patria, quien desde el momento que conoció a Fidel confió en él y en su proyección revolucionaria. De ahí el amplio vuelo de su pensamiento sobre el líder histórico de la Revolución, cuando expresó: “Es muy emocionante saber que lo tenemos y que es de nosotros”.
Haydeé Santamaría, aquella muchacha del pueblo de Encrucijada, entró por la puerta ancha en la Historia cuando el 26 de julio de 1953 integró aquel grupo de 135 jóvenes que tomaron el cielo por asalto en el cuartel Moncada, de Santiago de Cuba.
Su amplia participación en diversas tareas revolucionarias la llevaron a guardar prisión, el prolongado exilio donde tuvo grandes responsabilidades dentro del movimiento revolucionario, las riesgosas actividades de la lucha clandestina, su estancia en la Sierra Maestra y después del triunfo, en enero del 59, a emprender su mayor obra: la fundación y dirección de la Casa de las Américas hasta el momento en que ocurrió su deceso, en julio, de 1980.
En la trayectoria vital de Haydée se resume y refleja la grandeza de una verdadera heroína de la Patria, quien desde el momento que conoció a Fidel confió en él y en su proyección revolucionaria. De ahí el amplio vuelo de su pensamiento sobre el líder histórico de la Revolución, cuando expresó: “Es muy emocionante saber que lo tenemos y que es de nosotros”.
Bibliografía
- Báez Hernández, Luis. “Absuelto por la historia”. Oficina de Publicaciones
del Consejo de Estado. Edición ampliada. La Habana. 2005.- Castro Ruz, Fidel. “Cinco documentos. La Historia me absolverá”. Ediciones Políticas. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana.1971.
- http://www.historiadores.cult.cu/index.php/noticias/173-la-pasion-llevo-a-haydee-al-moncada
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