Nota: A propósito de la muerte del Gabo dejo esta carta que hace 44 años le escribió a Haydée.
Barcelona, 20. VIII.701
Mi
querida Haydée:
No
te imaginas qué contento estoy con la noticia de que hay un Macondo2
cubano, y cuánto me emocionó conocer por tu discurso los pormenores de su
nacimiento. No tengo ninguna preocupación por su destino: ese Macondo resistirá
a todos los vientos, porque no ha sido creado bajo el signo de la soledad, como
el otro, sino bajo el signo milenario de la solidaridad. Será un pueblo
indestructible, ya lo verás.
Lo
que sí me preocupa es que tu discurso deja entender que me mandaste una
invitación para que fuera a Cuba este año, y la verdad es que nunca la recibí.
Debió perderse en el camino, como se pierden tantas cosas que me mandan de
Cuba. De todos modos no hubiera podido ir, pero si hubiera recibido la
invitación te habría explicado los motivos que me impiden viajar en estos
momentos. Más aún, cuando pueda ir no esperaré una invitación, pues usaré la
que tengo con carácter permanente, y que tú recordaste en tu discurso. Sería
tonto que gentes como nosotros nos enredáramos en formalismos.
Oigo
decir que vendrás a Barcelona por estos días a un tratamiento médico de tu
hija. Si es cierto, tendremos tiempo para ponernos al día de nuestras largas
conversaciones atrasadas. Entonces nos pondríamos de acuerdo sobre mi viaje a
Cuba, que bien podría ser dentro de un año, cuando haya terminado mi nuevo
libro.3
En
realidad, no he ido a Cuba en estos últimos años porque no quiero hacerla de
prisa, ni con motivo de ningún acontecimiento multitudinario, ni como uno de
los escritores más leídos en la isla, sino como un amigo de verdad que quiere
formarse una idea real, profunda y serena del proceso revolucionario. Quiero
estar allí por lo menos tres meses, sin ninguna publicidad, y no encerrado en
el Habana Hilton, sino metiéndome por todas partes y conversando con todo el
mundo sin programas de ninguna clase.
Ese
viaje no solo será muy importante para mí, sino para mucha gente de América y
Europa que vive preguntándome por Cuba porque suponen que sé mucho sobre ella,
cuando la verdad es que estoy muy mal informado. Las publicaciones que recibo
de allá son muy escasas y eventuales, la mayoría de los visitantes que regresan
de allá vienen tan mal informados como se fueron, porque no han hecho nada más
que un paseo turístico, o me inventan un paraíso irreal para dejarme contento.
Esto no puede seguir así. Pero mientras tanto, te ruego que hagas algo para que
me lleguen las publicaciones cubanas.
Un
inmenso abrazo,
1Nuestro archivo no
posee el original de esta carta.
2 Se trata del poblado ubicado en el central azucarero Amancio
Rodríguez, bautizado por Haydée como el “Macondo cubano”.
3 La increíble y triste historia de la cándida Eréndida y de su abuela desalmada, aparecido en 1972.
3 La increíble y triste historia de la cándida Eréndida y de su abuela desalmada, aparecido en 1972.
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