Revolucionarios valiosos como Celia Sánchez, Frank País o
Ernesto Guevara, entre otros, también hallaron cabida en la enorme sensibilidad
de Haydée, quien les profesó un intenso cariño. Quizo la providencia que su
partida a la eternidad acaeciera el mismo año del deceso de su querida Celia.
El 28 de julio de 1980 dijo adiós a la vida en momento y circunstancias por
ella escogidos.Unos días después, la poetisa Fina García Marruz le dedicaba estos versos:
“Pónganle a la suicida una hoja en la sien /Una siempreviva en el hueco del cuello. /Cúbranla con flores, como a Ofelia. /Los que la amaron, se han quedado huérfanos /Cúbranla con la ternura de las lágrimas. /Vuélvanse rocío que refresque su duelo. /Y si la piedad de las flores no bastase /Díganle al oído que todo ha sido un sueño. /Ríndanle honores como a una valiente /Que perdió solo su última batalla. /No se quede en su hora inconsolable /Sus hechos, no vayan al olvido de la hierba. /Que sean recogidos uno a uno, /Allí donde la luz no olvida a sus guerreros”.
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