martes, 29 de mayo de 2012

Haydée y mamá van de la mano (+ entrevista)


Siempre que te veo recuerdo a mi madre. Todo lo que me enseñó podría resumirse en ti. Justo con esta edad que tengo te conoció, allá en ese pueblito sureño que trascendió gracias a tu amor. A veces intento imaginarte cuando te acercaste a ella. Todavía mamá guarda esa impresión, al punto de que no puede recordarlo sin que salga una lágrima. Mamá te admira, casi tanto como lo hago yo, aún después de 30 años de que decidiste desaparecer.
Fue precisamente mami quien me guió a ti. Al principio, cuando niña, no le creía que realmente te hubiera conocido, yo decía mamá no puede ser tan vieja, y es que te veía demasiado lejos o a mamá demasiado joven y me equivoqué las dos veces. Ni mamá es tan joven, (nació en 1949), ni tú estás tan lejos en el tiempo.

No sé por qué los jóvenes sentimos a tu generación tan lejos aún teniéndolos vivos. Fue apenas hace 50 años, la edad de nuestros abuelos, o en mi caso la de mis padres.
La cuna que le regalaste a mami se perdió. Y no sabes cuánto le ha dolido. En el diario compartir de los que habitamos esta Isla, un día la prestó y nunca la devolvieron. ¡Cuánto me hubiera gustado conservarla hoy! Tal vez mis hijos, esos que algún día vendrán, hubieran recibido desde la cuna esa inyección de amor por la patria que sin imaginarte nos diste a tres mujeres (mis hermanas y yo), al regalarle a mami aquella cuna con las imágenes de Abel y el Che.
Fue mamá quien al principio me regalaba los libros que hablan sobre ti. Ahora siempre que voy a la librería pregunto por alguna referencia tuya con la esperanza de que nuevamente alguien se inspire en tu espíritu y nos regale alguna palabra.
Mami cuando pertenecía al MININT
Hace años, cuando no te conocía, me paré frente a tu Casa, pero a penas ni le puse atención, hoy, cuando vuelva a pisar ese espacio donde aún habitas, sé que sentiré tu presencia.
Ojalá mami pueda entonces acompañarme, sé que te recuerda con tu pantalón rosado, tus botas militares, tu camisa de mangas largas y el pelo suelto.
Mami una vez me dijo que tenías el pelo claro y yo no le creí. En las fotos siempre tienes el pelo oscuro. Y no fue hasta hace un tiempo que te descubrí rubia como una “gallega”, así como odiabas que te llamaran en tu natal Encrucijada,  y para colmo a tu hermano Abel le decían el “polaco”, pero él no se molestaba como tú. Los dos eran genuinos criollos, que fueron más cubanos que cualquier otro.
Por eso mi mamá me recuerda a ti, y sé que ella es feliz, porque también cuando  me ve te recuerda.



Entrevista a mamá en audio.

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