viernes, 17 de agosto de 2012

No puedo decir que Haydée no está....

 Por: Rayma Elena Hernández
28 de Julio de 2010
 Fue el 28 de julio de 1980. Treinta años han pasado; pero no puedo escribir que Haydée Santamaría Cuadrado no está...
Por eso vuelvo a aquellas líneas escritas como ráfagas, leo y encuentro en tan pocas palabras la inmensidad que hace posible su presencia eterna.
Títulos: Revolucionaria.
Ocupación: Formalmente directora de la Casa de las Américas. De todos los trabajos que he hecho, este es el menos trabajo.
Actividades políticas: Cuanto trabajo he hecho. A mi juicio en una sociedad como la nuestra, cada actividad que se haga es política.
«Esto es lo que puedo decir» --dictó la modestia de la primera semilla de los Santamaría Cuadrado, nacida en Encrucijada «un 31 de diciembre...», según ella misma dejó impreso.


Así quedó impreso en una ficha autobiográfica, y lo dijo todo…No le faltó escribir nada.
Aunque, desde el hogar de la Revolución que fue su apartamento de La Habana, desde Santiago de Cuba y desde la Sierra, lleguen otras rebeldes palabras: fundadora del Movimiento 26 de Julio, Heroína del Moncada, luchadora clandestina; soldado del Ejército Rebelde --como más le gustaba verla al Che-- «en un día de año nuevo, con todos los fusiles disparados y tirando cañonazos a la redonda».
Revolucionaria. ¡Con qué otro título premiar tanta vocación, entrega y resistencia! Si no, ¿cómo verla junto a Melba, con ese pesado equipaje de armas y uniformes, marchando siempre a asaltar la aurora de cada 26 Julio?
Solo así puede entenderse la vida después de que la muerte se ensañara en Abel, el más generoso, querido e intrépido de nuestros jóvenes, su fiel hermano y el de todos los cubanos. Revolucionaria; humana razón para arriesgarse en el intento de salvarle la vida al enemigo que dispara y mata. Razón y fuerza para guardar silencio y no traicionar, a pesar del enemigo que tortura y asesina amores como el tuyo, Haydée y el de Boris Luis Santa Coloma.
Pero había y hay un amor para resistir aquellas horas, «las más sangrientas, las más crueles, más crueles, más violentas horas de nuestras vidas», como las sufridas después del Moncada. Un amor para superar el dolor de la muerte de tantos amores, para traspasar los barrotes con un mensaje de esperanza a unos padres sin Abel y con su Yeyé presa: «Mamá, piensa que Fidel también te quiere, y que para Abel, Cuba y Fidel eran la misma cosa, y Fidel te necesita mucho (...)».
Había y hay una pasión mayor que --como una vez la nombró--, sigue llamándose Cuba.
En aquellas escasas líneas de su autobiografía, está esa pasión a la que nada más podría agregarle. Resumen de una vida que culminó el 28 de julio de 1980; solo parte de calendario infinito en el que seguimos marcando los cumpleaños de Yeyé; la valentía, la dignidad, el honor, y la grandeza de Haydée.
Por eso, para ahogar la voz de la muerte, a Encrucijada llegan anécdotas, pensamientos, versos, y eco de aquellos días en que albergó en su alma a aquellos incomprendidos jóvenes «armados» de guitarras, que junto a ella, desde la Casa de las Américas, dispararon acordes y canciones que hoy se escuchan por ella.
Allí, en la gran Casa que para América y el mundo fundaste en la capital cubana, vuelve a oírse el vozarrón de Julio Cortázar mezclándose con la letra de tantos enormes de las letras, para poblar de poesía, cuentos, novelas, teatro el sitio que soñaste para la literatura y el arte de entonces, de hoy y del mañana.
 Pero vuelvo una vez más a las palabras que la modestia dictó:
«Esto es lo que puedo decir. A partir de este momento, cualquier compañero que desee completar mi ficha biográfica contará con mi aprobación.»
Y hoy, en su natal Encrucijada se evoca la infancia y la trayectoria de la primera de los cinco hermanos Santamaría Cuadrado. Hay  elogios, agradecimientos, homenajes, evocaciones...; para continuar escribiendo las páginas de su imprescindible historia.
Pero aún así, creo insuperable la inmensidad de sus palabras: «Títulos: Revolucionaria» (...) «Actividades políticas: Cuanto trabajo he hecho (...) «Esto es lo que puedo decir»;
Así, en una escueta cuartilla, desde la modestia dejó plasmada toda inmensidad. Y hoy 28 de julio, cuando la efeméride viene ligada a la muerte, prefiero recordarla desde la inmensa modestia de su grandeza; porque Haydée Santamaría Cuadrado, la encrucijadense del Moncada, del Movimiento 26 de Julio, de la Sierra, de la Casa..., del primer Comité Central del Partido...,  desde estos días sigue marcando aniversarios de vida en el calendario de su presencia eterna.  
Porque Yeyé, hizo y continuará haciéndolo todo por esta gran pasión que sigue siendo Cuba.

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