lunes, 6 de febrero de 2012

Una anécdota de Haydée y Camilo


El 26 de abril de 1957, estando acampada la columna rebelde en el Alto de Santana y ya entrada la noche, se recibe la noticia de que el grupo Manzanillo estaba rodeado por el enemigo en casa de Lalo Sardiñas.
 De inmediato, Fidel ordenó a Camilo, partir con la vanguardia en auxilio de los compañeros. En la mañana del siguiente día, la casa de Lalo Sardiñas está rodeada por el Señor de la Vanguardia y sus hombres, pero este le informa que todos están a salvos en un cafetal próximo a dicha vivienda. Sin pérdida de tiempo, Camilo salió para dicho lugar. Haydée Santamaría, relató este encuentro:

El último vuelo de los Santamaría

Escrito por Celia Hart Santamaría el 24 de febrero de 2005

En los días más difíciles de la clandestinidad en nuestra última batalla por ser libres, cuando no eran suficientes los contactos, ni las casas donde los compañeros podían esconderse, frente a las amenazas más brutales de una tiranía que veía enflaquecida su autoridad a pesar de haber asesinado a los mejores jóvenes del país., flotaba por las calles de la Habana, sutil y grácil una hermosa mujer de cabello blanco de ojos esmeradamente negros, apostados en más firme de las miradas.
 Mi tía Aída Santamaría fue la más serena y bella de aquellos raros Santamarías  emblemáticos que sembraron su corazón en la revolución cubana. Chaviano sin haber encontrado qué hacer frente a una mujer de tanta belleza y serenidad, sólo repetía como un imbécil cuando sabía que ella visitaba una cárcel o hacía algún arreglo.” ¡Ah Esa palomita blanca, esa palomita blanca!”.