Cuenta Haydée Santamaría, que su hermano Abel, escuchaba con
identificación las arengas de Jesús Menéndez en el central Constancia, allá por
los años 40 del siglo pasado.
Tal vez, esos discursos formaron parte de la conciencia
revolucionaria formada en “El Polaco”, (así le decían a Abel por su pelo rubio
y ojos azules) desde sus años jóvenes.
Nacidos en ese municipio de Villa Clara, los tres
trascendieron en el tiempo y en la historia cubana.